El cristiano y el pecado
de Steve Grochow
Mucha gente que dice ser cristiana no piensa que sea posible vivir sin pecar todos los días. Las razones de esta creencia usualmente se centran alrededor de la idea que ningún ser humano es perfecto. Algunos culpan a Adán, mientras que otros culpan al diablo. Otros culpan su pecado a una naturaleza de pecado, al viejo hombre, a la naturaleza humana o a la carne. Algunos tratan de citar a Pablo en el capítulo siete de Romanos, diciendo algo como: "No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago".
Muchos líderes enseñan que es imposible que cualquier cristiano viva jamás sin pecar. La iglesia en la que crecí de hecho enseñaba que cada persona, incluyendo los cristianos, peca cada día en pensamiento, palabra u obra. Enseñaba que el pecado era natural o normal para cada creyente, y que la única forma de escapar del pecado era morir físicamente. La gente que estaba bajo esta enseñanza aceptaba el pecado como parte de su vida diaria. Nunca esperaban realmente ser libres de pecado a través del poder de Cristo.
Parece ser una creencia común que un cristiano continúe pecando hasta que muera. Esta gente cree que la muerte de alguna manera la librará del poder del pecado. Si esto fuera cierto, entonces la muerte sería más poderosa que Dios, Cristo y el Espíritu Santo. La muerte no tiene ningún poder para cambiar el carácter moral de alguien. La muerte nunca puede cambiar a una persona cuando muere en su propia desobediencia y rebelión. Esa persona pasará la eternidad en el infierno.
Es cierto que toda persona cometerá errores. No tenemos todo el conocimiento y cometeremos muchos errores. Los errores genuinos no son pecado. Ninguna persona se irá al infierno por sólo cometer un error. La muerte y el sufrimiento de Cristo en la cruz no cubrieron errores genuinos. No hay rebelión o desobediencia por cometer un error. Cuando una persona comete un error genuino, no es culpable de ningún delito. Nadie necesita arrepentirse de cometer un error genuino.
El pecado es la elección de la autocomplacencia o indulgencia de uno mismo. Es la entrega a la autocomplacencia. Cuando una persona peca, es un acto de rebelión o desobediencia. La Biblia enseña que el pecado es un delito que merece castigo eterno. El problema es que mucha gente piensa que sus crímenes malvados son sólo errores. Por ejemplo, un hombre casado tiene un amorío con otra mujer, y entonces lo llama un error. Esto no es un simple error, sino un pecado y crimen.
Lucas 13:5: "Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente". Debe arrepentirse de sus crímenes antes de que Dios lo perdone. Sí, se cometerán errores, pero asegúrense de que si pecan, que nunca lo consideren sólo un simple error, engañando su propio yo.
Antes de continuar, quiero que quede muy claro que ninguna persona vencerá el pecado o se conformará a la imagen de Dios con un corazón egoísta o motivos legales. Mucha gente trata de obedecer los mandamientos de Dios usando métodos carnales. Ellos confían en su propia fortaleza, energía y fuerza de voluntad en su intento de cumplir con los requerimientos de Dios. Lo que pasa es esto: oyen una ley y saben que deben obedecerla. Hacen voto para mantener esa ley y desde luego fracasan. Entonces, vuelven a hacer voto que esto no sucederá de nuevo sólo para encontrar que vuelven a fallar. Esto puede pasar una y otra vez hasta que se desaniman tanto que se dan por vencidos pensando que es imposible obedecer a Dios. El problema real aquí es que todo esto se hace sin recibir la gracia o el poder de Cristo. Ninguna cantidad de fuerza de voluntad, pensamiento positivo, o pensamiento de posibilidad, o cualquier otro método que venga de un corazón egoísta o motivos legales, no cumplirá con la ley de Dios. Si alguna persona pudiera realmente obedecer a Dios de esta forma, entonces no sería necesario que Cristo haya venido a la tierra, sufrido y muerto.
Este ejemplo de arriba es la condición a la que Pablo se refiere en Romanos 7. Pablo no estaba en esa condición cuando escribió ese capítulo, aunque lo escribió en primera persona. Romanos 7 es un ejemplo de una persona que vive bajo la ley. Esa persona está siendo motivada por el temor al castigo y la esperanza de una recompensa futura. Está tratando de cumplir la ley usando su fuerza de voluntad, fortaleza y energía propias. Nadie vencerá el pecado de esa forma.
Romanos 8 es un ejemplo de una persona que experimenta la verdadera gracia del evangelio a través de Jesucristo. Esa persona es verdaderamente libre del poder y dominio del pecado. Ama verdaderamente a Dios, es motivada por el amor y guarda todos los requerimientos de Dios. Esa fue la condición real de Pablo en el tiempo de esa carta. Esos dos capítulos describen dos estados de ser completamente opuestos. Están viviendo bajo la ley, o verdaderamente están experimentando la gracia del evangelio. Ninguna otra elección es posible. Ninguna persona puede vivir en ambos estados al mismo tiempo porque son 100% opuestos uno del otro. Por favor, tómense el tiempo para examinar esos capítulos, para averiguar cuál es su estado actual de ser. ¿Están ahora bajo la ley, o verdaderamente están disfrutando la libertad del evangelio? Si están bajo la ley, entonces necesitan arrepentirse y agarrarse de Cristo hasta que verdaderamente experimenten Su poder en la vida de ustedes.
El verdadero arrepentimiento es un cambio de la preferencia suprema del corazón. Es el cambio de vivir supremamente por el placer de uno mismo a vivir totalmente para Dios. Es posible que el pecador rompa un hábito o cambie alguna acción externa, pero todo lo que termina haciendo es intercambiar una forma de egoísmo por otra que pueda parecer menos desagradable. Por ejemplo, un pecador puede dejar de fumar o beber sin verdadero arrepentimiento. Esa persona no tiene obediencia real. Aún vive él mismo para darse placer.
El verdadero evangelio tiene más que poder suficiente para aniquilar todo pecado. A través de Cristo una persona puede en realidad cumplir la ley todos los días y estar 100% en obediencia. Sé que hay una enseñanza que establece que luego de que una persona acepta a Cristo como su salvador que Dios, la ve santa y obediente sin importar cuál es su estado real. De alguna manera es hecha legalmente santa y justa. En ninguna parte en la Biblia dice que Dios ve a cualquier perona rebelde y desobediente como santa y justa. Cristo no dio a Dios anteojos especiales manchados de sangre para que Él viera santa y justa a cualquier persona desobediente. Dios sólo justifica a pecadores que se arrepienten. Dios no es tonto, si una persona es desobediente y rebelde, entonces lo ve y lo sabe.
Ahora veremos lo que la Biblia dice realmente sobre el pecado, la naturaleza humana, el viejo hombre y la carne.
1. El verdadero cristiano guarda los mandamientos de Dios.
1 Juan 5:2-3: "En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos".
1 Juan 2:3-5: "Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él".
2. El verdadero cristiano practica la justicia.
1 Juan 2:29: "Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él".
1 Juan 3:6-10: "Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo. Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios".
3. El verdadero cristiano de hecho cumple la ley.
Romanos 8:4: "para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu".
4. La fe verdadera no remueve la ley, sino la establece.
Romanos 3:31: "¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley".
5. El verdadero cristiano no practica el pecado.
1 Juan 3:2-8: "Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro. Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo".
6. Él vence al mundo, a la carne y al diablo.
1 Juan 5:4: "Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe".
7. Dios ha provisto de todo lo que necesitaremos para ser como Él y escapar de la concupiscencia del mundo.
2 Pedro 1:3-4: "Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia".
8. Él tendrá mucho fruto.
Juan 15:4-6: "Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden".
Cristo espera que el cristiano muestre el fruto del Espíritu que la Biblia dice que es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, y templanza (Gá. 5:22-23). Permanecer en Cristo y llevar fruto es un mandamiento de Cristo. Se permanece en Cristo o no se permanece. Se lleva fruto o no se lleva. Es obvio que si no se lleva fruto, entonces no se permanece en Cristo.
Lucas 6:44-46: "Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?".
No son cristianos si llaman a Cristo su Señor, pero no guardan sus dichos.
9. Él es de hecho y realmente libre del poder y dominio del pecado. Romanos 6:6-7: "sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado".
Romanos 6:11-12: "Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias". Romanos 6:14: "Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia".
Cristo vino a salvarnos de nuestros pecados, no de ser humanos. No hay delito o pecado por ser humano. Dios no sólo espera que cada cristiano viva en un estado de perfección moral, sino lo demanda.
Mateo 5:48: "Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto".
1 Pedro 1:16: "porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo". Dios no es egoísta, ni vive por razones egoístas. Debemos tener la misma meta y vivir por el mismo fin que Él vive. Es un requerimiento esencial de salvación que debemos tener en el tiempo presente o no tenerlo en lo absoluto. Un cristiano puede madurar, pero debe amar a Dios 100% en cualquier momento en el tiempo. Debe siempre amar a Dios con todo su corazón, toda su fuerza y toda su alma en cada etapa de crecimiento. Cuando realmente amamos a Dios por completo, obedeceremos toda luz que nos ha dado Él.
No se engañen. Si no guardan la palabra de Dios, no son cristianos, y si continúan en su rebelión, pasaran la eternidad en el infierno. Una persona que se llama a sí misma cristiana que escucha la palabra, pero no la guarda, o no la practica, se engaña a sí misma (Stg. 1:22).
Mucha gente hoy se considera a sí misma salva, y la mayoría cree que irá al cielo cuando muera. El cristianismo verdadero es la misma vida y esencia del Dios trino que vive dentro del creyente. Esta vida no es algo que Dios da, sino es Él mismo, Cristo y el Espíritu Santo viviendo y morando dentro del creyente.
El propósito de la salvación no es ir al cielo, sino ir en conformidad con Dios y Su palabra. Si una persona no recibe a Cristo de una manera que realmente lo libere del poder del pecado, entonces nunca irá al cielo. El cielo no es para los desobedientes o rebeldes. No es para una persona que practica el pecado o para el que no ama verdaderamente a Dios. 1 Juan 5:11-12: "Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida".
Es el resultado de esta relación que fluyen la santidad, la rectitud y las buenas obras verdaderas. La salvación lleva a la persona a esa relación viviente. Los resultados de esta relación son:
1. El indulto y perdón de pecado.
2. La santificación y vida santa. La verdadera obediencia y libertad del pecado.
3. La gloria del cielo y la salida del infierno.
El evangelio ha dado plena provisión para vencer al mundo, a la carne, al diablo y a toda tentación.
1. El mundo. 1 Juan 5:4-5: "Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?".
2. La carne. Gálatas. 5:16: "Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne".
3. El diablo. Efesios.6:16: "Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno".
4. Toda la tentación, cada tentación tiene una forma de salida. 1 Corintios. 10:13: "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar". Todo lo que Dios ofrece al hombre está en la forma de promesa, pero antes de que una persona pueda recibir cualquier promesa, debe tener estas cosas:
1. Debe tener alguna idea o concepto de qué es una promesa y lo que significa.
2. Debe creer que la promesa aplica a él. ¿Cómo puede recibir una promesa si no cree que no lo incluye a él?
3. Debe tener confianza en el carácter de Dios. Debe creer que Dios realmente quiere decir lo que dice, y que está dispuesto y puede hacer que se cumpla la promesa.
4. Sabe que ninguna promesa que Él da es automática. Si las promesas de Dios fueran automáticas, entonces todos irían al cielo sin importar nada. Debe cumplir todas las condiciones y ser activo para hacer lo que sea necesario para obtener los resultados prometidos. La fe verdadera siempre es activa. La fe nunca es pasiva u ociosa. Es incluso agresiva y atrevida para usar los medios necesarios para recibir los resultados prometidos.
5. Entonces él debe agarrarse de las promesas y no soltarlas hasta que verdaderamente haya experimentado los resultados reales.
Ninguna persona puede vencer el pecado si piensa que es imposible dejar de pecar. Si una persona considera al pecado como normal, nunca ejercitará la fe en la promesa de Dios para hacerlo libre. Parece que la mayoría de la gente que dice ser salva aún espera pecar todos los días. Se consideran ellos mismos seguros y a salvo en los brazos de Jesús y ligados al cielo, cuando en realidad no aman realmente a Dios, ni guardan Sus mandamientos. No se engañen, si así son ustedes, entonces necesitan arrepentirse y realmente experimentar a Cristo como su Salvador sobre el pecado.
Espero que estén familiarizados con la historia de los doce espías. Dios había provisto la tierra prometida al pueblo de Israel. Los sacó de la tierra de Egipto con milagros y señales poderosos. Dios los llevó a la tierra prometida, y ellos decidieron enviar a doce líderes para espiar la tierra. Diez de esos líderes regresaron con un reporte negativo, diciendo que no podían poseer la tierra que Dios ya había provisto por los gigantes que vivían ahí. Sólo dos espías volvieron diciendo que a través de Dios podían conquistar y poseer la tierra. También vieron a los gigantes, pero sabían que esos eran sólo langostas en comparación con el gran poder y recursos de Dios. La gente entonces tenía que escoger entre estos dos reportes. En vez de creerle a Dios, se llenaron de incredulidad y desánimo, y creyeron a los diez que dieron el reporte malvado (véase Números 13).
Este ejemplo muestra que la mayoría no está siempre en lo correcto, y que los líderes pueden dar un reporte malvado a un cristiano para vivir sin pecado. Le dicen todo acerca de los gigantes y que fallarán. Si escogen creerles, morirán en sus pecados. ¿Por qué no mejor escuchan la verdad acerca del gran poder de Dios sobre el pecado y cómo a través de Su fuerza esos gigantes se vuelven como pequeñas langostas que fácilmente se pueden pisar?
Dios les había prometido la tierra y proporcionó todo lo posible para que ellos entraran y disfrutaran de toda Su provisión. Ellos rehusaron creerle a Dios y murieron en desobediencia. La pregunta es: ¿van a seguir su ejemplo?
Hebreos 3:15-19: "entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad".
Hebreos 4:1-2: "Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron".
Hebreos 4:11: "Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia".
Dios ya ha provisto todo lo que ustedes pueden posiblemente necesitar para vencer todo pecado. Espera que ustedes tomen lo que se les ha puesto disponible para que de hecho venzan el pecado en sus vidas.
Isaías 1:19-20: "Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra; si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho".
Ahora deben decidir a quién creer. ¿Van a creerle a Dios o a algún reporte malvado? Sí, hay gigantes, pero a través del gran poder y gracia, ustedes pueden conquistarlos a todos. Pueden ser más que vencedores a través de Cristo y triunfar sobre el pecado.