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Opiniones históricas tocante a la naturaleza

de la muerte expiatoria de Cristo*

by Gordon C. Olson


Los Apóstoles y los Padres de la Iglesia primitiva presentaron con simplicidad la vida y muerte expiatoria de Cristo como la única forma de salvación a través del arrepentimiento y la fe, y no se concentraron en desarrollar declaraciones científicas de cómo se llevó a cabo. Parece que podemos agrupar las teorías de los siglos bajo cuatro rubros principales.:

1. TEORÍA DE LA SATISFACCIÓN: - Estrictamente vicaria y exactamente equivalente a la culpa del hombre.

A. Satisfacción para Satanás, quien el hombre había escogido para hacer alianza y debía ser liberado por Cristo pagándole el rescate (común de los siglos III al XI): Irineo (130?-202?); Orígenes (185?-254?); Gregorio Niceno (335-395); Agustín (354-430); Bernardo Claraval (1091-1153)

B. Satisfacción para Dios Padre universalmente para toda la humanidad, a través de una muerte de sacrificio del Logos Divino quien se había convertido uno con la humanidad perdida: Atanasio (296-373), el gran defensor de la Deidad de Cristo. En la salvación, la bondad de Dios debe actuar de manera consistente con su verdad y honor, que abarque el principio de justicia. "Cristo como hombre debe sufrir la muerte por nosotros, puesto que se ofreció a sí mismo para ese propósito por el Padre". El hombre debe ser liberado no sólo de la pena del pecado, sino también del pecado mismo y ser motivado hacia la vida.

C. Satisfacción a la naturaleza ética o justicia de Dios, que demanda vindicación legal absoluta: Anselmo (1033-1109) dijo haber escrito el primer tratado científico sobre la Expiación en 1098. Dios demanda debidamente el honor y la supremacía que el hombre ha rehusado dar, de este modo ha incurrido en una deuda con Dios que sólo puede ser pagada por el castigo o por la satisfacción sustituta. El Dios-hombre, Jesucristo, con dignidad austera vino a nuestro mundo, y por su conducta sin mancha, y por su obediencia al sufrimiento horrible de la muerte, adquirió mérito ante Dios que pudo ser imputado al creyente como una perfecta posición judicial.

D. Satisfacción a través de una unión mística o llevar el sacrificio de la sanción de pecado, proporcionando una "satisfacción relativa" distinguiéndose estrictamente de una satisfacción legal absoluta en plena exoneración de culpa, apoyado por Anselmo; Bernardo de Claraval (1091-1153), un monje piadoso e influyente, típico de la mayoría de los dirigentes teológicos desde tiempos Apostólicos hasta Anselmo y la Reforma, que siguió con las declaraciones descriptivas del Nuevo Testamento sin ir tras ellas para conclusiones especulativas máximas.

E. Satisfacción a la santidad y la justicia ofendidas de Dios a través de cargar con la pena completa del pecado del hombre en su muerte vicaria: Lutero (1483-1546); Calvino (1509-1564), y los primeros líderes de la Reforma, quienes adoptaron el principio de estricta satisfacción judicial de Anselmo. Toda la culpa y castigo que los pecadores merecen fue transferido a Cristo, quien en obediencia y sufrimientos en vida soportó la pena total para que el pecado ya no fuera más imputado o la sanción fuera demandada por quienes murió. "Nuestros pecados fueron transferidos a él por imputación".

F. Satisfacción como se menciona arriba, con mayor énfasis en los tiempos de inicio de la post-Reforma sobre la justicia activa de Cristo, siendo imputada al creyente como una posición positiva perfecta: Confesiones luteranas y reformadas (o calvinistas), la teoría Federal del Señorío desarrollada por Cocceius (1603-1669) y elaborada más completamente por Turretin (1623-1687). Bajo el Pacto de Obras, Adán fue la cabeza federal de toda la humanidad para que sus pecados y sus consecuencias fueran legalmente imputados en todos. .

Esto de alguna manera remplazó la teoría de la relación orgánica o natural por el pecado de Adán desarrollada por Agustín (354-430). A través del Pacto de Gracia, el Señor Jesús la Cabeza Federal de los que van a experimentar la salvación, siendo designado para llevar toda la culpa de los pecados (adánico y personal) en una muerte expiatoria vista como obediencia pasiva. Por su obediencia activa a todas las demandas de la ley divina, se dijo haber cumplido perfectamente los requisitos del hombre y haber imputado su rectitud a los creyentes para que fuera legalmente considerada suyas. Ya que en el pleno desarrollo de la teoría de la satisfacción, lo que se haya cumplido en la Expiación es un equivalente exacto a la culpa para que la salvación proceda con base en justicia judicial estricta, en ninguna manera incomprensible puede ser general o hecha para todos en el mismo sentido, o todos serán salvos, ya que Dios no demandaría un doble pago por la culpa—el de Cristo y el de los pecadores. Pero la expiación sagrada fue hecha para todos, sin ningunas reservaciones teológica: Jn. 3:16-17; Mr. 16:15-16; 2 Co. 5:14-15; 1 Ti. 2:3-6; He. 2:9; 1 Jn. 2:1-2. El Señor Jesús como el Hijo del Hombre estaba bajo la obligación de obedecer por él mismo, ya que nació "bajo la ley" (Gá. 4:4-5). Su obediencia, por tanto, no podía ser imputada a todos, sino que libremente dio su vida pues "no cometió pecado."

2. TEORÍA GUBERNAMENTAL: - La Expiación fue necesaria para resolver los problemas de Dios como Gobernante Moral, quien amorosamente deseó reconciliar a la humanidad.

A. Los sufrimientos de Cristo fueron necesarios para el gobierno divino, en lugar de que fuesen necesarios para la naturaleza divina: Gregorio Nacianceno (330-390). ¿No es comprensible que el Padre recibiera rescate, no porque él mismo lo requiriera o necesitara, sino por el bien del gobierno divino del universo, y porque el hombre debía ser santificado a través de la encarnación del Hijo de Dios? Gregorio Nacianceno se opuso rotundamente a la idea del rescate pagado a Satanás, y no pudo entender por qué un rescate debía de pagarse al Padre. Este pensador sólo pudo recurrir a la "economía" de Dios y no propuso ninguna teoría de satisfacción. Otros escritores antiguos, como Atanasio, también mencionaron los problemas gubernamentales de Dios.

B. Cristo sufrió hasta la muerte en su naturaleza humana, no en su naturaleza divina, de esta manera la Expiación no fue un valor infinito para pagar completamente por el castigo eterno de los pecadores, sino que fue bondadosamente aceptado como suficiente por Dios Padre para satisfacer la justicia divina: Duns Escoto (1265-1308). En la línea de la mayoría de los pensadores cristianos durante los siglos, Escoto sostuvo el principio de que la Expiación proporcionó "satisfacción relativa" a la justicia de Dios y propuso su teoría opuesta a la de Anselmo, quien insistía en el equivalente total absoluto de satisfacción a través de un sacrificio infinito. Vio a la voluntad divina no como si estuviera atada a algo fijo en la naturaleza divina, sino libre para decidir sobre la base que podía ser perdonado el pecado.

C. Cristo, el Salvador del mundo, murió por todos los hombres y su gracia se extendió a todos. Su sacrificio expiatorio en sí mismo fue suficiente para la redención de todo el mundo, y se intentó que fuera para todos por Dios Padre. El sacrificio de Cristo no es el pago de una deuda, ni es una satisfacción completa de justicia por el pecado. Es una condición divina asignada que precede al perdón de pecado, así como la muerte de un cordero o cabrito en la economía Mosaica. Los sufrimientos de Cristo tomaron el lugar de una sanción, para que sus sufrimientos tuvieran el mismo efecto para reconciliar a Dios con el hombre, y procurar el perdón del pecado, que habría tenido que llevar por el castigo del pecador debido a su pecado. Los sufrimientos de Cristo no fueron una pena sustituta, sino un sustituto por la pena: Jacobo Arminio (1560-1609); Episcopio (1583-1643); Curcellaeus (1586-1659); Limborch (1633-1712); conocido como arminianismo. Fuera de Holanda, ejerció el arminianismo una influencia considerable en Francia, Suiza, Alemania, Inglaterra, y Estados Unidos, y por tanto, por todo el mundo a través de varias denominaciones, especialmente el metodismo.

D. Dios vino a ser visto como un gobernante benevolente que ejerce control sobre los seres morales por leyes buenas y sabias designadas para la felicidad mutua de él mismo y de ellos. La regulación en un gobierno moral es por medio de bendiciones prometidas para conformidad y castigos de sufrimiento por desobediencia. Mientras Dios en misericordia está dispuesto a perdonar, o a relajar los reclamos contra seres morales rebeldes sobre la evidencia de una disponibilidad de sofocar una rebelión y regresar a una feliz sumisión, no puede en sabiduría hacerlo sin alguna medida terrible de iluminación y sufrimiento por un Ser de dignidad profunda. Esto se debe demostrar ante todos por la naturaleza y consecuencias terribles de pecado, y proporcionar una fuerza moral eterna contra más complacencia y quebrantamiento de corazón hacia él mismo y hacia ellos: Hugo Grocio (1583-1645), un jurista prominente holandés y teólogo del arminianismo, que escribió un libro importante contra el socinianismo en 1617.

E. Los sufrimientos y especialmente la muerte de Cristo fueron sacrificiales, no fue el castigo de la ley, sino el equivalente en su intención, su representante y su sustituto. Las demandas de la ley no fueron satisfechas por ese castigo, sino que el honor de la ley fue promovido al inflingir la sanción legal en todos los pecadores. La justicia distributiva (o vindicativa) de Dios no fue satisfecha por ella, pero su justicia general (o justicia por el bien del público) como un gobernante responsable fue perfectamente satisfecha. La obediencia activa o santidad de Cristo hizo posible su muerte virtuosa para los hombres, pero no se imputa legalmente al creyente. La expiación de Cristo fue hecha para todos los hombres en el mismo sentido. Fue necesario por parte de Dios facultarse como un Gobernante consistente para cumplir sus obligaciones morales a sus súbditos, cuando pecadores arrepentidos son perdonados a través de un compromiso de fe (E.A. Park, 1883): La teología de Nueva Inglaterra; Jonathan Edwards (1703-1758), y su hijo (1745-1801); Nathaniel Emmons (1745-1840); Caleb Burge (1782-1838); N.W. Taylor (1786-1858); C. G. Finney (1792-1875); Congregacionalistas (muy extensivamente); la "Nueva Escuela" de presbiterianos; varios grupos bautistas; otros grupos y dirigentes en Estados Unidos e Inglaterra (llamada la "Teología Norteamericana").

En la teoría gubernamental, la Expiación no es requerida por la naturaleza subjetiva o la justicia vindicativa de Dios antes de que se extienda la misericordia. No es Dios en aislamiento la parte lastimada, sino es más bien un Gobernante benevolente en relación con sus criaturas morales, con grandes problemas de reconciliación que requieren solución. Estos problemas incluyen la relación del hombre con Dios en un gobierno moral inteligente, como también algunos medios para transmitir las reacciones muy profundas de Dios hacia el pecado, y la abundante misericordia hacia el hombre a pesar de la rebelión desesperada del hombre. Éste debe ser quebrantado ante Dios con sumo respeto y penitencia en un regreso a la actitud correcta hacia la regulación amorosa de Dios antes de que haya el perdón. El sagrado advenimiento y expiación de Cristo, por consiguiente, no es meramente una medida para exonerar la culpa por un equivalente calculado. Es la medida más profunda concebible con un objetivo de restaurar una relación rota de Dios-hombre en todo lo que implica. Por tanto, la expiación fue general en el sentido absoluto y legalmente exoneró de culpa a todos.

3. TEORÍA DE LA INFLUENCIA MORAL: - Una manifestación de sufrimiento de amor divino fue necesaria para someter la rebelión del hombre para que hubiera reconciliación.

La vida y sufrimientos de Cristo fueron concebidos para ser una manifestación del amor divino para reconciliar al hombre para volver a Dios al romper su resistencia y llevarlo de nuevo a una vida de comunión con él. No hay necesidad específica de satisfacer la naturaleza divina o los problemas del gobierno moral de Dios. La vida y sufrimientos de Dios-hombre fue con la intención de ejercer una impresión moral sobre un corazón duro e impenitente, que se ablandara en contrición y entonces recibiera el favor por la abundante compasión de Dios (Abelardo): Clemente de Alejandría (185?-254?); Pedro Abelardo (1079-1142) de Francia, quien se opuso a Anselmo; Horace Bushnell (1802-1876), un abogado y un pastor de Nueva Inglaterra. Muchos liberales en teología de las generaciones siguientes aceptaron sus opiniones generales sin compartir su profunda sinceridad.

4. LA TEORÍA DEL EJEMPLO ÉTICO: - El hombre pecaminoso se ha desviado y necesita un ejemplo noble y virtuoso para desafiarlo a una nueva manera de vivir.

Si el hombre va a darse cuenta de su potencial y va a ser reconciliado con Dios, debe arrepentirse y reformar sus caminos. Para este propósito Jesucristo fue milagrosamente traído al mundo y así fue más que un simple hombre (socinianismo, 1600s), o nació de manera natural y como genio religioso se identificó con Dios en una devoción especial para lograr un ministerio único para la humanidad (unitarianismo, 1700s). Su conducta amorosa y virtuosa en vida y en muerte como mártir noble nos mostró cómo debemos amar a Dios y a nuestros semejantes, o convertirnos y reconciliarnos con Dios: Lelio Socino (1525-1562) y su sobrino Fausto Socino (1593-1604), en Polonia; unitarios, registraron sus puntos de vista hasta Arrio (256-336); y otros de opinión humanística (Cristo un simple hombre).

LA NATURALEZA Y EXTENSIÓN DE LA EXPIACIÓN

Caso 1: La expiación fue un pago literal o exacto por el pecado. No todos son salvos por medio de él. Por tanto, no pudo haber sido para todos.

Caso 2: La expiación fue un pago literal o exacto por el pecado Fue para todos. Por tanto, todos serán salvos por medio de él.

Caso 3: La expiación fue para todos: Is. 53:6; Lc. 2:10-11; Jn. 1:29; 3:16-17; 6:51; 2 Co. 5:14-15; 1 Ti. 2:3-6; Tit. 2:11; He. 2:9; 1 Jn. 2:2; también Is. 1:18; 45:22; 55:1; Ez. 18:30-32; Mt. 23:37; Mr. 16:15-16; Ro. 2:11; Ap. 3:20.