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Ajedrez Cósmico

De Winkey Pratney


Imaginen un juego gigantesco de ajedrez. Cada jugador tiene un propósito: ganarle a tantos como sea posible, y destronar finalmente al otro Rey. Este factor es el motivo determinante detrás de cada movimiento que se hace. Basado en este propósito, cada jugador crea un plan. Puede ser de largo alcance, como es el caso de un genio de ajedrez, pero es un plan basado en ciertas probabilidades, no en certezas absolutas. En tanto un jugador contrario hace sus jugadas, crea nuevas posibilidades y probabilidades. Su oponente toma decisiones según su conocimiento y visión de la personalidad del otro jugador, comportamiento bajo ciertas condiciones y respuestas probables para su ataque. Nótese que el PLAN cambia constantemente, tan rápido y tan frecuente como el oponente cree nuevas amenazas a la seguridad del rey.

¡Supóngase que Dios obra así! Añádase la variación de como cinco billones de "ajedrecistas" que constantemente incrementan en número en el "tablero" de la Tierra, concédase la dificultad adicional de dar a cada "ajedrecista" un cierto número limitado de movimientos que pueda hacer por sí mismo, póngase la sabiduria de las eras en contra del uno al otro en el "combate", la experiencia de los dos "jugadores", y tendrán una idea del combate más apasionante de todos los tiempos... ¡la batalla entre Dios y Satanás por las mentes y los destinos de los hombres!

Esta analogía del ajedrez es útil. El poder de una pieza de ajedrez es determinado de dos maneras: (l) el número de jugadas que se pueda hacer en el tablero, y la extensión de la habilidad para ser movidas por el tablero; (2) El lugar relativo que ocupa en el campo de batalla del tablero de ajedrez. Por ejemplo, una Reina es poderosa debido a su despliegue y libertad, pero un humilde peón en el lugar correcto puede ser igual de efectivo, si no es que más. Hasta la pieza más poderosa es inútil a menos que pueda colocarse en el área correcta en el tiempo correcto, y hasta el peón más humilde puede volverse cualquier otra pieza en el tablero si llega hasta el otro lado. Hay muchas preguntas difíciles de fe que pueden responderse por tal analogía, ligadas con la siguiente teoría de la Presciencia Divina de Dios.

Como con cualquier análisis teórico en teología, éste es un tema para tres pruebas esenciales de validación, si no se reúnen estas tres, no merece un lugar en los pensamientos de los amantes de la Santa Escritura y el amoroso Dios que declaran. Estas pruebas para la realidad son:

¿Se expresa, específicamente se enseña, o por lo menos está implícito DIRECTAMENTE en la Escritura?

¿Es práctico, internamente consistente con otras verdades, razonable y espiritualmente fascinante?

¿Me lleva más cerca del Señor Jesús y me reta a amarle más, apreciar más plenamente su poder, sabiduría, bondad, justicia, misericordia y amor, y servirle mejor?

Se toma como una primera verdad para un estudiante serio y honesto de la Biblia que la Escritura es dada por Dios, divinamente inspirada y la autoridad objetiva final en todos los asuntos de fe y doctrina cristiana; también, que la consideración de oración y candidez de hechos revelados nos llevarán, corazón y mente, a un entendimiento de la voluntad y propósito de Dios hasta donde tenga que ver con nuestras vidas. Se nos ordena divinamente: "EXAMINANDLO todo; retened lo bueno" (1 Ts. 5:21)


LA LÍNEA DE TIEMPO Y DIOS

 

Consideren: una línea que representa la eternidad, alargándose hacia el infinito en ambos extremos. Si damos por sentado el infinito de Dios, debemos también dar por sentado que el tiempo no tiene significado en esta línea en tanto se refiere a Dios. Ya que Dios es el Autor de todas las cosas fuera de su propia existencia de él mismo, todas las cosas que creó ahora son conocidas para Él donde sea en esta línea. Etiquetamos los "extremos" de esa línea respectivamente "A" y "B".


Para dar significado a la palabra "Tiempo" pusimos en esta línea la marca "X".

 

Ahora podemos decir que cualquier cosa antes de "X" (A-X) es PASADO (relativo a X), cualquier cosa en "X" es PRESENTE, cualquier cosa adelante de "X" (X-B) es FUTURO. Pensaremos en el tiempo sólo como se relaciona aquí para el hombre en existencia limitada. Dando por sentado que Dios sabe todo en nuestra limitada "línea de tiempo" (porque debe saber todas las cosas que creó en ella, dándonos el "tiempo"), y por tanto ahora sabe todo lo que ha ocurrido, lo que es y lo que ocurrirá, la lógica nos da estas conclusiones:

Dios no puede tener pensamientos nuevos porque esto implicaría nuevos hechos que Él no sabía antes;

Dios no puede tener sentimientos nuevos porque esto implica nuevas experiencias que no ha tenido antes;

Dios no puede tomar nuevas decisiones porque esto implica nuevas elecciones no tomadas antes; (?!)

Dios no toma ni una decisión después o antes de alguna otra; es decir, no hay sucesión de pensamiento, experiencia o elección en el Ser de Dios. (??!)

¡Dios nunca ha creado realmente o empezado algo! Si todo lo concebible existió con Él desde toda la eternidad, ¡su propia voluntad no es libre, y no ha originado nada! (???)

Estas suposiciones no son sólo ridículas, sino que NO SON TOTALMENTE ESCRITURALES. La Biblia establece claramente que Dios TIENE nuevos pensamientos, sentimientos, experiencias y decisiones que tomar en cuanto a sus tratos con el hombre. Considérese el siguiente pasaje en contraste:

"Y VIO Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra... y se ARREPINTIÓ (nacham--ser penitente, recibir consuelo de daño por un cambio de parecer) Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le DOLIÓ (atsab--dolerse) en su corazón" (Gn. 6:5-6).

La pregunta que surge naturalmente es ésta: si Dios sabía de antemano la maldad de los hombres y sabía con certeza que harían eso, y EN LO QUE SE REFIERE A ÉL, YA LO HABÍAN HECHO, ¿por qué ese versículo? Prosigamos, sin embargo, antes de desarrollar una respuesta posible.

"Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues ME ARREPIENTO de haberlos hecho". Nótese la la elección aquí: ¡el hombre "será" raído! Pero aquí están ustedes, ¡leyendo este artículo que otro hombre ha escrito! La segunda pregunta es:

Si Dios había sabido de antemano la maldad del hombre como una certitud, ¿por qué dice, "los raeré PUES me arrepiento de haberlos hecho"? Ya sea que no quiso decir lo que dijo cuando lo dijo (y eso tiene implicaciones blasfemas --que Dios a lo menos arma un "espectáculo" para el beneficio del hombre, al decir que está dolido o contento, cuando de hecho no es ninguno de los dos, sino simplemente lo dijo así para que el hombre piense que sí lo está)--o de algún modo, de alguna forma, ¡¡Dios cambió de parecer!! Y no sólo una vez, pero, si esto es cierto, cambió de parecer de nuevo luego del versículo 7.

UN INCREÍBLE ENIGMA TEOLÓGICO

Vuelvan a la línea de tiempo. Revisen la lógica por fallas. Dadas las suposiciones hechas, todas deben seguir--¡y sin embargo las conclusiones alcanzadas no corresponden a los hechos de la razón o revelación! Un resumen completo y condensado de todas las Escrituras relevantes es dado al final de este artículo; es obvia la evidencia abrumadora que contraviene estas conclusiones referentes a la inhabilidad de Dios para cambiar de parecer, sentir nuevos sentimientos y tener nuevos pensamientos. Sin embargo, por las suposiciones hechas, estas conclusiones deben resultar: si Dios creó todas las cosas, entonces, sabía de ellas; nada que crea es nuevo para Él, y por tanto, NO PUEDE tener lo que dice la Escritura que tiene-- nuevos pensamientos, nuevos sentimientos, nuevas elecciones--A MENOS QUE--¡algo suceda en esa línea de tiempo que Dios NO CREARA!

¿Es posible que Dios no creara algo existente? ¿Puede algún otro ser en el Universo crear algo fuera de la creación directa y definitiva de Dios? Si es cierto que Dios debe necesariamente ser el Autor de todo lo existente en el Universo, entonces somos confrontados a una pregunta aún más incómoda: "Entonces, ¿quién creó el PECADO?"

Las siguientes preguntas son una muestra de los problemas altamente incómodos que resultan de la suposición de que Dios es el Autor directo de todo en el Universo, y básicamente es el ÚNICO responsable de todo que ha sucedido, sucede o sucederá:

¿Sabía Dios de antemano que el Diablo pecaría? Si así fue, ¿por qué lo creó?

Si Dios sabía que el Diablo pecaría, ¿por qué no se hizo expiación para Satanás?

Si Dios sabe lo que los hombres escogerán, ¿por qué se"esfuerza" y trata con ellos?

Si el pasado, presente y futuro son lo mismo para Dios, ¿cómo puede "olvidar" nuestro pecado?

Si el futuro del hombre es ya certitud, ¿por qué no está arreglado? ¿Cómo podemos cambiarlo?

Si el destino futuro del hombre es ya certitud, ¿por qué molestarnos en testificar?

Si Dios ya sabe lo que voy a hacer, ¿por qué me da una elección?

Si Dios ya sabe lo que quiero y lo que voy a decir, ¿por qué debo "pedir" en oración?

Si Dios creó todo, ¿por qué no es responsable de todo el mal moral y físico?

Cuando se nos confronta con tales preguntas, no nos hará bien evadirlas, o mostrar deshonestidad intelectual al decir sin pensar, "Eso es algo que no podemos saber; va más allá de nuestro entendimiento". Si se relaciona con la vida, y el propio carácter de Dios, la Biblia tiene que tener algo qué decir al respecto. Hay muchas cosas más allá de nuestra sabiduría, pero no son cosas que sean necesarias para enfrentar los problemas de la vida y las preguntas de los pecadores. Dios no es ciertamente irrazonable en su acercamiento con el hombre; Él desafía al pecador: "venid ahora, y razonemos", y si Su salvación y gobierno no son razonables, este versículo y otros no significan nada más que un juego de palabras. Afrontemos este asunto honesta y abiertamente, pidiéndole a Dios por la luz del Espíritu Santo para "responder a todo lo que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes, pero háganlo con mansedumbre y reverencia" (1 P. 3:15 RVA-2015). Y la gran mayoría de esas preguntas pueden resolverse sin subterfugio lingüístico si una simple conjetura se hace: que una decisión de cualquier agente moral libre es verdaderamente un acto CREATIVO. Antes de que se tome, no existe; en el momento que se toma existe como un factor nuevo en el Universo. Esto cubre las decisiones de todos los seres morales--las del diablo y sus ángeles entenebrecidos, los ángeles que no pecaron, el hombre, tanto santo como pecador--, y desde luego Dios mismo. Esto permite la posibilidad de crecimiento y libertad para hacer o crear sin coerción o límite aparte de aquél impuesto por los atributos naturales o morales de ser y carácter.

¿Por qué dar por sentado la presciencia absoluta?

Si damos por sentado que las elecciones son creativas, y no pueden saberse de antemano con certitud, aunque pueden ser predichas con alta probabilidad (basadas en factores ya sabidos y elecciones hechas previamente por seres morales), una gran cantidad de conflicto se remueve de la teología. Esto ofrece una explicación sensata y escritural que no necesita arguentación compleja para corroborarse. La verdad puede ser profunda, pero siempre es simple. Por tanto, la presciencia absoluta puede ser cuestionada porque:

Es innecesaria para el gobierno de Dios sobre agentes morales libres;

Sus suposiciones traen contradicción directa en las Escrituras y hechos de la vida;

Es innecesaria darla por sentado para estableceer una teología verdadera y consistente;

Tratar de defender sus absurdos resultantes trae pérdida innecesaria de tiempo y talentos;

Cada púlpito en el cristianismo da por sentado que el futuro no es fijo en la naturaleza de la vida, en los planes del Universo y en la mente de Dios, para todos los propósitos prácticos en la predicación;

Cada cristiano que testifica debe necesariamente dar por sentado que se necesita su testificación porque el destino del pecador que está tomando no es fijo y de certitud (Ez. 3:17-21; 18:23-32).

La iglesia en cada esfuerzo, sea misionero, de intercesión, evangelístico, didáctico o de emprendimientos sociales y alcance, da por sentado que no hay certitudes fijas para el futuro humano aparte de aquéllas de profecía o promesa, advertencia o juicio, que Dios ha puesto en Su palabra basada en intenciones de la Deidad o las respuestas del hombre a Sus condiciones.

Es ciertamente irrazonable pedirle a un hombre pensante que crea en la presciencia absoluta sin dar un sólo texto directo de la escritura para enseñarla, una sola prueba de su realidad, un argumento para su necesidad, una razón para ella sugerida en la operación del pensamiento necesario, o ¡incluso un solo principio de fe que requiere su admisión! Es tiempo que dediquemos al estudio cuidadoso, de mente abierta para la premisa asumida de la presciencia absoluta de Dios, incluyendo las elecciones morales del hombre.

Objeciones posibles

Aunque no se han encontrado enseñanzas directas contra esta teoría en la Escritura, y no han surgido serias objeciones, pueden posiblemente ocurrir para el lector que se aplica a sí mismo a un estudio de estas consideraciones. Si la línea de estudio sugiere una teoría incluso mejor para el lector, o modificaciones que puedan explicar mucho mejor algunas preguntas que puedan surgir de esta teoría en la mente indagatoria, se invita a la correspondencia, para que se pueda iniciar la revisión más a fondo o incluso reemplazar. La verdadera consistencia cristiana no quiere decir adherencia obstinada a la luz limitada de la Biblia, sino a la disponibilidad para revisar nuestras ideas, actitudes y prácticas tan rápido como aprendemos más de la mano de Dios. Las mentes finitas, a menos que estén dormidas o narcotizadas por el prejuicio, deben avanzar en conocimiento; el temor a la revisión de posturas en conformidad con la luz en aumento mantendría en el mejor de los casos al mundo en una parálisis en todas las áreas del descubrimiento. Debemos agarrarnos nosotros mismos santamente, sujetados al tema de todas nuestras posiciones para una discusión intensiva y minuciosa, y tomarlas y tratarlas como las opiniones de cualquiera, sin causa de cambio, agarrarlas fuertemente, pero si fallan, enmendar o rechazar cualquiera.

Si el lector descubre algunas de esas objeciones, se espera que seria y honestamente pondere éstas contra las dificultades terribles de la posición que esta teoría contradiga. En el estudio de esta línea de pensamiento, las ideas pueden reunirse que gravan nuestra erudición y preocupan nuestros poderes de comprensión; pero nos toparemos con muchas más, y del carácter más vergonzoso e indefendible, con la otra. Glib responde con base en la memorización de repetición y citas vanas no satisfarán una generación de cuestionamiento incisivo de jóvenes escépticos sin un Salvador. Ya que la Biblia es nuestra autoridad, una lista digerida de Pasajes pertinente de ambas posturas de la pregunta controvertida se da aquí. Ésta es sólo una lista de esbozo de todos los pasajes más importantes; un estudio completo que cubra todos los pasajes de la Biblia puede estar disponinle para el beneficio del estudiante serio que desea ahondar en el tema.

(A) Pasajes de la Escritura que requieren una NEGACIÓN del supuesto hecho que todas las elecciones futuras de Dios y el hombre son ya conocidas por Dios y se han sabido desde toda la eternidad:

Gn. 2:17(1:5; 5:5), 6:5-7; (1:31);18:20-21, 22-33; 22:1, 12; Ex. 16:4; 32:7-14, 30-35; 33:5; Nm. 11:1;14:11-24;14:27-35; 16:2-33; 16:44-48; Dt. 8:2; 9:13-14; 18:19; 20:25-29; (10:10)13:1-3; Jue. 2:18, 20-22 (3:4); 10:13-16; 1 S. 2:30 (5:12-14); 13:1-3; 13:14-15 15:11,23; 15:26, 35 (28:18, 8:4-9, 22; 12:13-19); 2 S. 7:10-11;12:22 (14); 24:12--16, (1,25); 1 R. 9:3, 4-9; 11:11-13; 21:27, 29; (21-22); 2 R. 20:1-7; 23:26-27, (1 R. 9:3) 1 Cr. 17:9-10; 1 Cr. 21:7-14, 15 (1) (2 S. 24:1); 2 Cr. 7:16; 12:5-8; 32:31; Job 2:3; Sal. 14:2; (53:2) Sal. 78:21-22; 58:61; 106:23; 106:44-45; Is. 5:3-7; Is. 5:1-8; Is. 38:1-5, (2 R. 20:1-7); Jer. 3:6-8; 18:7-10; 26:2-3; Jer. 4-6, 12-13, 18-19; Ez. 12:1-3; 20:8-9; 13-14, 15-17; Ez. 21-22; 22:30; 24:14, Os. 8:5; Jl. 2:12-14; Am. 5:14-15; 7:1-3, 4-6; Jon. 1:2; 3:2, 4-10; 4:2; Zac. 8:14-15; Mt. 10:2-4; (Mr. 3:13-19) (cf. Lc. 6:12-16) 19:28; Mr. 13:32; (Mt. 24:36 Hch. 1:7; 1 Cr. 11:3); 3 14-15, 19- 6:7, 11-12; 14:10, 43; 15:34; Lc. 6:12, 13, 16 (7:39); 8:1; 9:1-2, 5-6 (10:20); 18:31; 22:3-6, 48; Jn. 6:70; 12:4-6; 13:2,15:16; Ap. 3:5; 17-8 (13:8; 20:12,15,21,27)21:18-19; Hch. 15:7).

(B) Pasajes de la Escritura que pueden encontrarse para APOYAR la idea de la preciencia absoluta de Dios, en mayor parte profecías de lo que Dios ha determinado que suceda en su dirección de los asuntos del mundo. (Véase la discusión de la predicción en la sección de preguntas).

Gn. 15:13-15; 16:12; 17:20- 25:23; Nm. 23:19; Deut. 31:16-21, 29 (21, 27); 1 S. 15:29; 1 R. 13:2 (2 R. 22:1,23, 15--16); Sal. 22:l6, 18; 69:21; Is. 44:28-45; 46:9-11; 52:13-15; 53:1-12: Jer. 1:5; 25:11, 12; 29:1-14; Zac. 12:10; Mal. 3:6; Mt. 16:21; 20:17-19; 21:1-5; 24:1-25,46; 26:31-34; 27:9; Mr. 9:31; 14:13-16; Lc. 24:25-27; 44:47; Jn. 6:64; 70-71; 12:32-34; 13:11, 18-19, 21, 26; 17:12; 19:24, 28, 36, 37; 21:l8-19; Hch. 2:23; 13:29; Ro. 8:28-30; 11:2, 5-11; 2 Ts. 2:3-4,13;1 Ti. 4:1-3; 2 Ti. 1:9-10; 1 P. 1:1-2, 20; Ap. 1:1, 7; 2:10; 4.1; 6:11- 7:4-8, 9,14; 9:20-21 (16:9, 11); 11:2, 12-13; 12:6, 7-9; 13:1-7, 8, 11-18; 14:20; 17:7, 8, 12, 19:19-21, 20:7-8, 9-10 (22:B).

Preguntas referentes a esta teoría

Varias objeciones se han hecho en las discusiones iniciales referentes a esta teoría. Las cuatro más comunes son y se invita a más discusión tocante a eso:

Se objeta que si Dios sabía de antemano las elecciones, no se puede decir que sea omnisciente.

La omnisciencia (Todo conocimiento) no es un término bíblico. Es teológico y su definición debe estar fundada en declaraciones bíblicas y evidencia objetiva, no en suposición humana. Si se define como "saber todo" sin modificación nos topamos con preguntas indefendibles como: Si Dios tiene todo poder y sabe todo, ¿por qué no puede idear un problema tan grande que no pueda resolverlo?" La respuesta yace escrituralmente "todo poder" y "todo conocimiento", así como la omnisciencia NO significa que Dios puede hacer cosas que son inherentemente contradictorias (como hacer el negro el opuesto directo y duplicado exacto del blanco al mismo tiempo), o cosas que son moralmente insensatas, entonces, la omnisciencia puede definirse como saber todo lo que es conocible, o saber todas las cosas que son objetos de conocimiento. Si una elección futura de hecho no existe hasta que se toma, en ninguna manera limita la omnisciencia de Dios, pues esto no se va a conocer, no está realmente "ahí" pero ¡está por conocerse! El todo concimiento de Dios puede definirse para cubrir todos los objetos existentes de conocimiento y todas las probabilidades donde se refiere a las elecciones morales; esto no es limitante en lo absoluto.


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